Las Otras Noticias - 2022 (223)

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7 de Junio de 2022

FUENTES: El País, eldiario.es, Público, InfoLibre, Hufftinton post, ctxt.es, Cadena Ser, VientoSur, Contrainformación.es, Rebelion.org

EL ESPECTRO DEL HAMBRE.-

Los precios mundiales de los alimentos se están disparando, debido sobre todo a la guerra en Ucrania (Rusia y Ucrania son importantes exportadores de alimentos, combustibles y fertilizantes), pero también por las condiciones meteorológicas extremas (olas de calor, inundaciones, sequías prolongadas…) derivadas del cambio climático.

Las exportaciones de Rusia y Ucrania están prácticamente paralizadas. Si la guerra se prolonga, millones de personas morirán más allá del campo de batalla. Los países del Sur, cuyas tierras son de baja productividad, dependen de las importaciones de alimentos para cubrir sus necesidades. Es poco probable que los agricultores de otras partes del mundo puedan compensar la falta de exportaciones de cereales de Ucrania y Rusia. Los precios de los alimentos son hoy un 34% más altos que hace un año; el trigo ha aumentado un 81%. Eso es grave para los pobres del Sur, que gastan entre el 25 y el 40% de sus ingresos en comida.

El Programa Mundial de Alimentos calcula que esos factores han llevado a 44 millones de personas al borde de la hambruna. Hace unos días, el Secretario General de la ONU habló del “el espectro de una escasez mundial de alimentos”, lo que podría “convertirse en una verdadera catástrofe”.

El PMA calcula que se necesitan 6,6 billones de dólares al año para salvar de la inanición a esos 44 millones de personas que están al borde de la hambruna (Estados Unidos se ha gastado en estos meses 24.000 millones en armamento y apoyo militar a Ucrania).

No se puede esperar que los países pobres aborden sin ayuda problemas como la contaminación, la pérdida de biodiversidad, el hambre y la pobreza. Deben impulsarse soluciones internacionales. De lo contrario, no podrán escapar de los círculos del hambre, la violencia y la migración.

REFUGIADOS Y DESPLAZADOS: UN CALVARIO PERMANENTE.-

Ya son más de 100 millones entre refugiados (unos 35 millones) y desplazados internos (unos 65 millones). Han tenido que dejar sus casas forzados por los conflictos bélicos, el terrorismo, la pobreza, la emergencia climática… La mitad de ellos son menores de 18 años. Nunca ha habido tantos (desde hace un año han crecido en 18 millones)

El 86% de los refugiados se encuentran en países en desarrollo.

Los desplazados están en la misma situación de vulnerabilidad que los refugiados, aunque no hayan cruzado ninguna frontera.

Oriente Medio y África subsahariana con las regiones más afectada: Etiopía, Afganistán, Siria, el Sahel o la República Democrática del Congo… Sólo en Etiopía los desplazados son cinco millones. En Burkina Faso, país de unos 16 millones de habitantes, se alcanza ya la cifra de dos millones.

La comunidad internacional se ha volcado para atender las necesidades de la población que huye de la guerra de Ucrania, mientras disminuyen los fondos para abordar la ayuda humanitaria de los conflictos en África, donde en varios lugares las raciones alimentarias a la población desplazada han debido reducirse a la mitad, con el consiguiente aumento de la desnutrición general e infantil.

LA DROGA Y LOS AGENTES.-

Pensábamos que esas cosas ocurrían solo en Colombia o México. Pero no. Hace unos días, la Policía Nacional y la Guardia Civil desmantelaron en España dos grandes redes de tráfico de drogas, con la incautación de 83.680 kilos de resina de hachís y 9,76 toneladas de clorhidrato de cocaína, valorados en 525 millones de euros. Entre los 61 detenidos en la operación figuran cinco agentes de la Guardia Civil, un Policía Nacional, un vigilante de aduanas y un expolicía local, que garantizaban el tráfico y la distribución de la droga.

No es la primera noticia que se tiene de la participación de miembros de los cuerpos de seguridad en el narcotráfico. En octubre pasado se informó de que al menos 34 agentes han sido detenidos desde 2018 por delitos similares.

DONACIONES Y TRASPLANTES PARA LA VIDA.-

La donación y trasplante de órganos en España continúa su tendencia ascendente. En lo que llevamos de año se han realizado más de 1.700 trasplantes gracias a 807 donantes, lo que supone un 11% más que en el mismo periodo de 2021. Así lo informa la Organización Nacional de Trasplantes.

En 2019 se realizaron 5.449 trasplantes. La Covid frenó la tendencia, pero 2021 marcó nuevamente la tendencia al alza, con 4.781 trasplantes.

BRASIL: LOS INDÍGENAS NO CONTACTADOS.-

No quieren nada con la “civilización”. Viven aislados en la selva. Los llaman “no contactados”. Son una pequeña parte del aproximadamente un millón de indígenas brasileños. Unos pocos miles que viven en grupos relativamente pequeños en zonas de difícil acceso, sobre todo en la Amazonía. Se ha confirmado la existencia de al menos 28 de esos grupos, pero podrían llegar a 100.

Viven en áreas ricas en recursos naturales: maderas preciosas, hidrocarburos y minerales, buenas tierras, fauna abundante, flora exuberante, buenas tierras (quizá ése es su pecado), que excitan la codicia de los “civilizados”. Son autónomos. En la selva encuentran lo que necesitan para alimentarse, curarse, construir viviendas o divertirse. No conocen el estrés, ni las bombas, ni el hambre, ni las cárceles, ni la comida basura, ni la contaminación, ni la deuda externa.... Tienen sus lenguas propias, saben adaptarse al medio, saben aprovechar los recursos naturales, saben de animales y plantas, viven en el respeto y empatía con la naturaleza... Sin embargo, muchos los llaman “primitivos".

Pero su aislamiento no es total. Saben que hay otras sociedades a su alrededor. A veces se han dado encuentros fugaces con “los blancos”. En algunos casos han intentado “integrarse”, pero son extremadamente vulnerables ante enfermedades como la gripe, el sarampión o un resfriado común, lo que ha dado lugar a fuertes mortandades. Buena razón para evitar el contacto.

¿Por qué no quieren ser “descubiertos”? El contacto la sociedad dominante ha supuesto para ellos, casi siempre, desarraigo, marginalidad y desaparición. En su memoria perviven las atrocidades cometidas contra sus ancestros y la desastrosa experiencia de sus propios encuentros anteriores. Muchos de ellos han sobrevivido a los brutales robos de tierras, cuando madereros y terratenientes entraron a sangre y fuego a sus territorios. Hasta no hace muchos años, los terratenientes utilizaban asesinos a sueldo para matar indígenas y apoderarse de sus tierras.

En años recientes, con Jair Bolsonaro en la Presidencia, la invasión y destrucción de la selva, su hogar, ha continuado. El presidente ha apoyado los agronegocios y la minería a gran escala en los territorios indígenas, supuestamente protegidos. Es el caso del grupo Piripikuras: Fotos aéreas de 2021 han revelado cómo su tierra está siendo invadida y destruida ilegalmente para la producción de carne de vacuno. Cada vez están más acorralados por gigantescos proyectos agroindustriales, ranchos de ganado, asentamientos de colonos y madereros ilegales.

¿Contactarlos e integrarlos “por su bien”? Falso. Lo único que necesitan es que les respeten sus tierras y que los dejen en paz, libres del miedo a ser exterminados o a contactos desastrosos. Son un valioso tesoro para nuestra sociedad actual, tesoro que debe ser preservado.

ESA PANDEMIA LLAMADA TUBERCULOSIS.-

Es otra pandemia, de la que no se habla. El pasado año se produjeron 10 millones de contagios y fallecieron 1,5 millones de personas (casi 4.000 al día). La tuberculosis mata en el mundo a 180 personas por cada 1.000 infectadas (la Covid mata a 2 de cada 1.000 infectadas); es algo así como 100 veces más letal que la Covid.

Encuentra sus víctimas en la miseria, el hacinamiento, la inseguridad alimentaria, los desplazamientos forzosos, los sistemas sanitarios frágiles o inexistentes... Según la Organización Mundial de la Salud, el 98% de los tuberculosos viven en países de ingresos bajos o medianos. Es parte del círculo vicioso de la pobreza: Más pobreza - más enfermedad - menos trabajo - más pobreza…

Una de cada cuatro personas en todo el mundo (incluida España) está infectada por el bacilo de la tuberculosis, aunque más del 90% de los infectados nunca sufrirán la enfermedad ni la contagiarán. Después de 10 años descendiendo el número de contagios, éstos han vuelto a crecer, al mismo tiempo que bajaba el acceso a la atención médica para su tratamiento.

Por cada 1.000 dólares invertidos en encontrar una vacuna para el coronavirus, se ha destinado solo un dólar a encontrar otra que sea eficaz contra la tuberculosis. ¿Será por el color de los muertos?

Existe una mezcla de fármacos para curarla, pero cuesta unos 800 euros por paciente durante un tratamiento riguroso de seis meses, tratamiento que es muy difícil para los contagiados que viven en la pobreza.

La OMS dice que harían falta 13.000 millones de dólares anuales para prevenir y atender la tuberculosis, pero solo se dispone de 5.300 millones.

Pero… el verdadero caldo de cultivo para el éxito de la tuberculosis es la pobreza. Si no se lucha eficazmente contra ella, la tuberculosis seguirá…

 

CAMBIO CLIMÁTICO: CONTAMINADODES Y SUFRIENTES.-

Los Estados más vulnerables, que son los que menos contribuyen al cambio climático pero quienes más sufren sus efectos, solo reciben de los países ricos la mitad de los fondos que necesitan para hacer frente a las emergencias derivadas de inundaciones o sequías, de acuerdo a un reciente informe de Oxfam

Según el informe, los países ricos solo han proporcionado el 54% de los fondos humanitarios pedidos por las Naciones Unidas para ese propósito desde 2017. Además, obstaculizan las negociaciones para crear un servicio de financiación de pérdidas y daños para los países más pobres, como ocurrió en la pasada Cumbre de Glasgow.

El 1% de las personas más ricas del planeta genera el doble de emisiones que la mitad más pobre de la humanidad. Pero las personas de los países más pobres y de menor renta son los más perjudicados por las sequías, las tormentas y las inundaciones, y los menos preparados para afrontar sus efectos.

El coste económico de los fenómenos meteorológicos extremos en 2021 fue, según el informe, de 329.000 millones de dólares a nivel mundial

Por otro lado, indica Oxfam, más de 260 millones de personas adicionales podrían verse sumidas en la pobreza extrema a finales de 2022 como consecuencia de la Covid, el aumento de las desigualdades a nivel global y el incremento desorbitado de los precios de los alimentos, todo ello exacerbado por la guerra en Ucrania. A finales de 2022, un total de 860 millones de personas podrían vivir en situación de pobreza extrema, con ingresos menores a 1,9 dólares al día.

LA EPIDEMIA DE LA SOJA, TAMBIÉN EN PARAGUAY

No es sólo Brasil el país que ve disminuidos sus bosques por el cultivo de la soja. Lo es también Paraguay, ese país un poco más pequeño que España, con siete millones de habitantes, situado entre Brasil, Bolivia y Argentina.

En este caso, las grandes empresas son propiedad de brasileños, que ya poseen el 14% de las tierras del país. La superficie del cultivo de soja ya es de 3.7 millones de hectáreas.

Con frecuencia las siembras de los indígenas están en medio de los latifundios sojeros. Cuando éstos fumigan sus plantaciones con agroquímicos tóxicos (Glifosato, Paraquat, 2 4D, Diquat…), el veneno suele llegar a las viviendas y a las escuelas, además de contaminar las corrientes de agua.

La Constitución dice que el Estado proveerá gratuitamente tierras a los indígenas, las cuales serán inembargables, indivisibles, intransferibles, imprescriptibles…, pero eso choca con la visión económica del momento, y las autoridades dan todo el apoyo a los sojeros, que son sus amigos.

Los indígenas viven y sobreviven desde y para sus tierras. Sus creencias ancestrales los ayudan aún a resistir frente a la transformación del territorio, frente a la desprotección del Estado y a la falta de políticas públicas con enfoque intercultural.

DESAHUCIOS EN ESPAÑA.-

En el primer trimestre de 2022 se practicaron en España 11.072 desahucios de viviendas, cifra ligeramente superior a la del mismo período del año anterior.

La mayoría (7.625) se debieron al impago del alquiler y el resto a ejecuciones hipotecarias.