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17 de Mayo de 2021

 

FUENTES: El País, eldiario.es, Público, InfoLibre, Hufftinton post, ctxt.es, Cadena Ser.

LA PANDEMIA DE CADA DÍA.-

La pandemia del coronavirus ha provocado ya 165 millones de personas contagiadas en el mundo y 3,4 millones de muertos. Las dosis de vacunas aplicadas sobrepasan los 1.500 millones.

En España los principales indicadores de la pandemia son positivos. La incidencia acumulada a 14 días es de 144 contagiados por cada 100.000 habitantes. Las camas hospitalarias ocupadas por enfermos de coronavirus son el 5,24% y las camas de UCI el 18,03%. El número total de contagiados asciende a 3.625.928 y el de fallecidos a 79.568, pero ya son 7.469.173 las personas inmunizadas (el 15,7% de la población) y 15.741.247 (el 33,2%) las que han recibido al menos una dosis. Es previsible que los indicadores mejoren sustancialmente en los próximos meses.

Los expertos dicen que hay dos aspectos preocupantes. El primero es que, con las nuevas variantes del virus, probablemente no se alcanzará la “inmunidad de rebaño” hasta que esté vacunado el 80% o el 90% de la población. El segundo es la lentitud de la vacunación en muchos países pobres, donde ni siquiera hay dosis para vacunar a los trabajadores sanitarios. “Nadie está seguro si todo el mundo no lo está”, dice la OMS.

PALESTINA, OTRA VEZ.-

Un nuevo capítulo de la guerra de Goliat contra David. No vale decir que los dos bandos son igualmente responsables. No lo son. Unos luchan por exterminar y otros por sobrevivir.

La justicia israelí decide desalojar unas casas de palestinos en la ciudad vieja de Jerusalén. Los palestinos protestan. Jerusalén es para ellos un elemento inseparable de su identidad. La policía israelí reprime violentamente las protestas y carga contra los palestinos en la Explanada de las Mezquitas. Los palestinos de Hamás lanzan unos cohetes sobre territorio israelí, más como acción de propaganda que como acción militar. Y ya está servido el pretexto para otra gran ofensiva israelí contra los palestinos de Gaza y Cisjordania. Diez muertos israelíes. Más de doscientos muertos palestinos, entre ellos 58 niños.

La crisis ocurre cuando el presidente israelí, Netanyahu, estaba a punto de ser defenestrado y juzgado por graves casos de corrupción. También ocurre cuando Israel ha mejorado su posición en Oriente Medio, gracias al apoyo de Donald Trump, con buenas relaciones con Emiratos Árabes y Bahrein y acercamientos con Arabia Saudí y Jordania.

¿Y el mundo? Fundamentalmente, silencio. Míster Biden reitera que Israel tiene derecho a defenderse (!!!) y bloquea las condenas de la ONU, con una tardía solicitud de alto el fuego (no fin de hostilidades).

Y una vez más se evidencia la inoperancia del sistema de Naciones Unidas a la hora de la verdad.

El pretexto pudo haber sido otro. Es suficiente que un palestino estornude delante de un soldado judío para desatar una crisis. Y cada crisis es un nuevo zarpazo, una nueva asfixia, un nuevo paso en la muerte lenta… La situación la explica con notable claridad este gráfico que ha circulado estos días por las redes sociales:

¿CAMBIARÁ LA SUERTE DE LOS RIDERS?

Luego de que el Tribunal Supremo estableciera en septiembre pasado que los repartidores de comida a domicilio de las plataformas digitales (Glovo, Deliveroo, Uber Eats, Stuart…) no son autónomos y que deben ser considerados trabajadores asalariados de esas empresas, el gobierno ha aprobado la correspondiente ley que obliga a las plataformas a incluirlos como trabajadores en plantilla.

Lo sabíamos todos, pero tuvieron que pasar seis años y ocurrir decenas de sentencias menores y cientos de actuaciones de los inspectores de Trabajo.

Los sindicatos estiman que las plataformas se han estado ahorrando al año más de 90 millones de euros en salarios y 76 millones en cotizaciones a la Seguridad Social.

Los repartidores (también conocidos como riders) son cerca de 20.000 en España, muchos de ellos venezolanos sin permiso de trabajo, que ganan entre tres y cinco euros por entrega; si no entregan, no cobran. Puede que ahora cambie su suerte.

MOZAMBIQUE.-

Desde hace varios meses, el grupo yihadista Al Shabab (vinculado al Estado Islámico) viene asolando poblaciones en el norte de Mozambique, lo que, junto con los efectos del cambio climático y de la pobreza agravada por la pandemia, ha provocado el desplazamiento forzoso de 700.000 personas, casi la mitad niños. En días recientes, unas 30.000 personas debieron huir de la población de La Palma.

La situación de guerra entre el ejército mozambiqueño y los yihadista viene desde 2017, y ha provocado una situación de tragedia humanitaria, donde la mayor víctima es la población civil. Al menos 2.614 personas han muerto por el conflicto, la mitad de ellas civiles. Una tragedia que, según ACNUR, podría aumentar mucho más en los próximos meses.

Mozambique tiene unos 30 millones de habitantes. Es uno de los países más pobres del mundo. Solo cuenta con 2.500 médicos: 0,8 por cada 10.000 habitantes (en España hay 40). Tiene una de las tasas más altas de mortalidad materna del mundo, con 289 fallecidas por cada 100.000 nacidos vivos (en España es de 4). La zona en conflicto es rica en piedras preciosas y yacimientos de gas natural, explotados por compañías multinacionales, pero donde falta de trabajo y oportunidades de futuro para los jóvenes.

COLOMBIA, ¿EL DESPERTAR?

Sigue el conflicto en Colombia, desde que el 28 de abril la gente se echó a la calle para protestar contra una reforma fiscal que perjudicaba a los sectores pobres y contra la inequidad social. El gobierno echó leña al fuego, criminalizando a los manifestantes y haciendo un uso desproporcionado de la fuerza, especialmente en la ciudad de Cali, epicentro de las protestas. Los muertos asciendan a casi 50, y los heridos a 1.500; hay, además, 359 personas desaparecidas, presumiblemente retenidas por la policía, donde podrían estar siendo sometidas a tortura.

Algunos observadores hablan de un posible despertar democrático de la ciudadanía, que reivindica justicia económica y social, frente a una absoluta insensibilidad del gobierno ante las necesidades y sentimientos de la gente, frustrada por la falta de cumplimiento de los aspectos sociales de los acuerdos de paz de 2016 y la persistente violencia estatal contra activistas y líderes sociales.

Las imágenes han postrado a la policía abriendo fuego a quemarropa contra manifestantes pacíficos, a tanquetas lanzando indiscriminadamente gases lacrimógenos, y a agentes disparando a ciudadanos desde motos oficiales... Muchos explican esa violencia policial por el hecho de que se trata de una policía militarizada (depende orgánicamente del Ministerio de Defensa), que participó durante más de 50 años en el combate a la insurgencia con “licencia para matar” con absoluta impunidad.

Se mantienen contactos entre el gobierno y el Comité Nacional del Paro para abordar la crisis, aún sin resultados. Mientras tanto, las manifestaciones siguen.

¿Y EN CHILE?

Los chilenos han elegido los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente. Y han rechazado de forma contundente a los viejos partidos (sobre todo a los de la derecha), favoreciendo con su voto a candidatos independientes y a mujeres.

Hay que remontarse a octubre de 2019, cuando los chilenos se echaron a la calle en demanda de bienes y servicios al alcance de todos y contra la profunda desigualdad social, en un país que se había presentado como un modelo exitoso de las políticas neoliberales. La represión a cargo de las fuerzas del Estado fue brutal, con resultado de más de 40 muertos, 2.300 heridos y casi 20.000 detenidos (al menos 600 de ellos siguen en la cárcel).

Pero los chilenos no se arredraron y obligaron al presidente Sebastián Piñera (uno de los hombres más ricos del país) y a los partidos a poner en marcha el mecanismo para elaborar una nueva Constitución, porque la vigente venía desde la época del dictador Pinochet (1980) y favorecía la privatización de recursos básicos como la salud, la educación o las pensiones.

Los diputados constituyentes son ahora escritores, abogados, periodistas, jueces, activistas sociales y medioambientales… de tendencia izquierdista y ajenos a los partidos tradicionales. No tenían dinero para la campaña ni les daban espacios en los medios, pero han logrado 118 escaños, frente a los 38 de la derecha. La nueva Constitución no será redactada por los de siempre.

Se habla de una nueva esperanza para el país. Algunos han señalado que esta “victoria” es superior al triunfo de la izquierda de Salvador Allende en 1970, a la que aplastaría el golpe de estado del general Pinochet, con el apoyo de Estados Unidos. De nuevo aparece la ilusión de construir un nuevo país, más equitativo, con políticas que aboguen por los derechos humanos y la justicia social.

IMPUESTOS EN ESPAÑA.-

Vuelve el tema de los impuestos en España. Al parecer, el gobierno aplaza hasta 2023 las reformas para acercar los niveles de tributación de España a la media de Europa, específicamente en lo que se refiere a gravar la riqueza.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), poco sospechosa de izquierdista, ha aconsejado recientemente la subida a los impuestos de sucesiones y de donaciones, como herramientas para mejorar la distribución de la riqueza. Y ha calificado a la Comunidad de Madrid como “paraíso fiscal interno”, por haber eliminado esos impuestos y el de patrimonio, con lo que atrae a ella a contribuyentes ricos, perjudicando a sus comunidades de origen. Los expertos calculan que las exenciones fiscales hacen que la Comunidad deje de percibir 4.111 millones de euros al año.

El Estado recaudó el pasado año 187.019 millones de euros en impuestos, de los que 150.000 millones (el 80%) provienen del IRPF (86.495millones), el IVA (53.118) y otros que afectan directamente a las familias. Mientras los tipos efectivos del IRPF y el IVA se sitúan en el 13% y el 12,2%, respectivamente, el tipo del impuesto de sociedades es del 8,3%.

¿Puede calificarse de democrático un régimen que permite la acumulación de riqueza en pocas manos y no garantiza una devolución significativa de esa riqueza a la sociedad, a través de los impuestos?

OTRAS VACUNAS.-

No solo son las vacunas contra el COVID-19. Otras vacunas siguen salvando millones de vidas. En las dos décadas más recientes se han evitado 37,5 millones de muertes por sarampión, fiebre amarilla, hepatitis B, neumococo, rubeola…, gracias sobre todo a la intensificación de las vacunas en países en desarrollo. Así lo informa un estudio epidemiológico publicado por la revista The Lancet.

El sarampión es la enfermedad a la que más vidas se le han arrebatado (unos 33 millones), aunque cada año mueren por ella 140.000 personas, la mayoría niños y niñas de menos de 5 años.

LA MEDIDA DE NUESTROS POLÍTICOS

Un exponente claro del hacer de nuestros políticos. Cuando están en la oposición critican lo que ellos hacían cuando estaban en el gobierno, y viceversa…

Recientemente se ha conocido la intención del gobierno de cobrar peajes por el uso de autovías y carreteras, medida que ha sido fuertemente criticada por el Partido Popular, que la ha calificado como injusta. Sin embargo, de acuerdo a un documento fechado el 22 de febrero de 2018, cuando gobernaba el Partido Popular, éste proyectaba una medida casi idéntica para ser establecida en 2021, con la pretensión de recaudar 2.743 millones de euros al año.